En su origen, este término se empleaba para referirse únicamente a aquellos asuntos que tenían mayor importancia para los sujetos. Sin embargo, este concepto ha ido evolucionando hasta el siglo XXI, en el que entendemos este término como la capacidad de un individuo para utilizar su tiempo, teniendo en cuenta su cultura, sexo y edad.
Las características para identificar una ocupación son las siguientes:
- Han de contar con un punto de partida y de fin.
- Pueden ser repetidas.
- Han de ser significativas, y en consecuencia, intencionadas.
- Tienen un propósito y un fin concreto.
- Cuentan con un carácter cultural.
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