Santiago Rabano Barrio, médico de la Residencia Nuestra Señora del Pilar (Collado Mediano, Madrid) desde el 2006, se ha jubilado y lo ha hecho acompañado de los residentes del centro y de sus compañeros.
Os dejamos las palabras que le dedica el director del centro, Roberto Colino:
Ha llegado el día de su jubilación. Era esperado pero no deseado por ninguna de las dos partes. Era una decisión difícil pero es ley de vida.
Santiago lleva trabajando como médico en nuestra Residencia desde el año 2006, es decir, desde el inicio de la actividad de este centro.
Santiago ha sido muy especial para los residentes, familiares y compañeros de trabajo. Su profesionalidad, cercanía, buen trato y paciencia con las personas mayores ha hecho muy fácil la atención a los usuarios del centro y a sus familiares.
Y con los trabajadores de la residencia siempre ha sido un gran compañero, y un amigo para escucharnos en nuestras necesidades de salud.
Como director de la residencia, he podido contar con su máxima colaboración en todo lo que le he pedido, manteniendo una fidelidad y confidencialidad exquisitas.
Santiago también ha querido compartir con los residentes y trabajadores unas palabras que os dejamos a continuación:
Queridos amigos:
Es la hora de una despedida que por lógica tenia que llegar, pues los años pasan y el momento de parar tarde o temprano, aparece.
Han sido 15 años disfrutando de ejercer la medicina en un ambiente estupendo y con objetivos que llenan de satisfacción, como es el cuidado de la salud de nuestros mayores en la residencia Nuestra Señora del Pilar. He trabajado en ella desde allá por 2006, cuando inauguro la Asociación de Telegrafistas, hasta ahora con la Fundación. Lo dejo por jubilación. He compartido este trabajo con distintos profesionales de enfermería, gerocultora, otros médicos y 2 direcciones, personal de cocina, mantenimiento, etc.
Pues bien, siempre he tenido la sensación de formar parte no ya de un equipo, que también, sino de una familia, cuyo trabajo buscaba lograr lo mejor para los residentes. He disfrutado de su compañía, y he tenido su cariño.
Entiendo que la atención al anciano en una Residencia ha de ser integral, en los cuidados físicos, sanitarios y no sanitarios, y en los cuidados psíquicos. Donde se deben de desplegar nuestras aptitudes profesionales y personales, como el cariño, la comprensión y la ayuda desinteresada.
Creo que esa es la idea que la Fundacion Summa Humanitate tiene para los centros que gestiona. Y creo que con mayor o menor éxito el grupo que hemos trabajado en Nuestra Señora del Pilar lo intentamos lograr.
Me voy con un gran recuerdo del cariño que he percibido de mis queridos/as ancianos/as y de sus familiares. He sufrido con sus dolencias y cuando nos han dejado, pero he disfrutado mucho con sus sonrisas, apretones de manos, besos, abrazos…
Quiero dar las gracias a la Fundacion y a los gerentes, trabajadores/as, directores/as que he conocido, por su trato amable y su apoyo en mi trabajo.
Un agradecimiento especial al director de la residencia, Roberto Colino, por haber logrado que me haya sentido tan bien y tan comodo en mi trabajo. Y por ser mi amigo.
Y un agradecimiento muy cariñoso a mis compañeros/as de trabajo. He reído, he sufrido y disfrutado con vosotros/as. Hemos luchado juntos en los momentos buenos y en los difíciles. Pero siempre he sentido que había amor en nuestra relación. Os añoraré mucho,
Siempre habrá un rinconcito en mi vida donde estará la Residencia Nuestra Señora del Pilar, a la que le deseo larga vida y éxito en su misión.
Con todo mi cariño, UN FUERTE ABRAZO.
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