Esta dinámica demográfica que se experimenta en diferentes países occidentales, como España, se ha acentuado como consecuencia de varios factores: un aumento de la esperanza de vida y una baja tasa de natalidad y fecundidad. La diferencia entre la tasa de natalidad y tasa de fecundidad, es que la primera hace referencia al número de nacimientos, mientras que la segunda hace referencia al número de hijos por mujer.
Durante los últimos años se ha cuestionado si este déficit en el número de nacimientos podría solucionarse gracias a la migración. Algunos autores afirman que podría ser un remedio a corto o medio plazo, pero todos coinciden en que esta no es una solución que pueda revertir el proceso de envejecimiento.
Este cambio sociodemográfico y la pobreza en la vejez en el contexto de una crisis mundial, es un aspecto de interés en España, que ha de ser abordado, dado que el sistema de bienestar en nuestro país tiene una cobertura muy limitada, acrecentada desde la crisis económica.
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